La tecnología no nos salvará
Para frenar la emergencia climática solo hay un camino: dejar de quemar combustibles fósiles.
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Otra importante solución es dejarlos enterrados, evitar nuevas prospecciones y afrontar un verdadero cambio sistémico que ataje de raíz el origen del cambio climático
La Cumbre del Clima termina sin haber logrado alcanzar los acuerdos que necesitamos para frenar la crisis climática. A pesar de la decepción, hay algo que no admite duda: tanto la presidencia británica como la gran mayoría de los países, se han llenado la boca para hablar de la emergencia climática. Las declaraciones institucionales han asumido como propias las evidencias científicas presentadas por el Panel de Expertos para el Cambio Climático (IPCC). En el avance de su Sexto Informe de Evaluación, presentado en agosto de 2021, el IPCC es claro: el cambio climático es generalizado, rápido y se está intensificando.
Si las emisiones no se reducen de manera rápida, será imposible limitar el incremento de la temperatura a los 2º C. Y si bien ya estamos notando los efectos del calentamiento global (inundación de zonas litorales, incendios de magnitud desconocida antes, pérdida de la biodiversidad, propagación de enfermedades infecciosas o derretimiento de glaciares milenarios, entre otras) la comunidad científica ni siquiera se atreve a vislumbrar qué es lo que podría ocurrir por encima de los 2ºC. Una vez se superen ciertos puntos de inflexión (tipping points) y se desequilibre completamente el sistema climático, no podremos hacer más que adaptarnos a lo inevitable y hacer frente a pérdidas y daños que ya están ocurriendo pero que, sin duda, aumentarán a gran escala.
Fuente: El diario
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